De fondo se observa la primera imagen lograda en la tapa de un horno microondas. Se trata de una representación cuántica surgida a partir de la descodificación precisa de ciertas ondas electromagnéticas.
Con este rudimentario dispositivo, el doctor Seudónimo Gúgol materializa sus descubrimientos. Las ondas extraterrestres fueron emitidas por una estación de televisión, más precisamente un canal de noticias situado a unos mil años luz del planeta Tierra.
A pesar de haber sido señalado por la comunidad científica mundial como un peligroso fabulador, que vaga dentro de una fantasía delirante, el señor Seudónimo Gúgol, por el contrario, se reconoce a sí mismo como profesor y doctor en Física. Consecuentemente, tras largo tiempo de estudiar las ondas electromagnéticas recolectadas por dos de los telescopios espaciales más poderosos del mundo, asegura haber descubierto vida extraterrestre.
Temática: Este libro no logra ajustarse al género del humor negro y absurdo y solo da de lleno en una objetiva valoración negativa si se realiza una adecuada interpretación. No se lee en él prácticamente nada que pudiera entenderse como gracioso. No obstante, si se tiene en cuenta la dura crítica fijada en cada uno de los segmentos, quizás en este sentido, su lectura logre cierto interés.